Ya sea que sea un comerciante ocasional o profesional, cualquier operación comercial requiere su tiempo y atención. El day trader o especulador intradiario, por ejemplo, deberá renunciar a la mayor parte de su día. El tiempo es una consideración importante y solo comprometa aquel que le sobre.
El comercio diario requiere que un comerciante realice un seguimiento de los mercados y detecte las oportunidades que pueden surgir en cualquier momento durante el horario de negociación.
Los inversores y comerciantes realizan cientos y miles de pedidos ni bien abren los mercados por la mañana. Esto desencadena la volatilidad de los precios y los veteranos podrán reconocer patrones y obtener ganancias. Sin embargo, para los principiantes, esto puede resultar abrumador. Es mucho más fácil observar el mercado sin hacer ningún movimiento durante los primeros 30 minutos de la apertura del mercado.
Más tarde en el día, los mercados suelen ser menos volátiles. Entonces el mercado se moverá nuevamente hacia la campana de cierre. Estos tipos de «horas pico» ofrecen oportunidades, pero es más seguro para los principiantes operar a la mitad del día.
Tener un plan comercial es una parte esencial de la estrategia de cualquier comerciante. Esto es muy importante cuando se trata de posicionarse en algunos de los mercados comerciales más líquidos, es decir, en el mercado de divisas.
Los comerciantes exitosos deben moverse rápido pero con herramientas comerciales y una estrategia que les permita planificar con anticipación. Es importante seguir su fórmula y refinar su estrategia. Esto es mucho más efectivo que perseguir ganancias. No permita que sus emociones se apoderen de usted: planifique su operación y opere según su plan.
El comercio impulsivo es apostar de otra forma, y es una de las mayores caídas tanto para los inversores novatos como para los experimentados. Un comerciante alcanza una racha victoriosa en algunas operaciones y se siente indestructible.